ELECTROTERAPIA

Hoy la electroterapia analgésica es una alternativa válida que puede competir con los fármacos analgésicos para el tratamiento del dolor, pero sin efectos secundarios.

Se define la electroterapia como el estudio de las aplicaciones terapéuticas de la electricidad; en su diccionario de la RAE se define como el tratamiento de determinadas enfermedades mediante la electricidad. Proviene del griego electro (electricidad) y terapia (cura), y es la rama de la medicina que utiliza el paso de la corriente eléctrica a través de parte o todo el organismo con fines curativos.

Cuando se aplica una corriente eléctrica al organismo humano se producen los siguientes efectos específicos:

  • Efectos primarios o fisico-químicos: Son dos principalmente, el efecto térmico, determinado por la anteriormente vista Ley de Joule; y el efecto químico: se produce una liberación de iones que se desplazan dando lugar a alteraciones en la permeabilidad de la membrana, variando la composición química de la estructura íntima de los tejidos.

  • Efectos secundarios o fisiológicos: vasodilatación, analgesia y acción excitomotriz. Indicaciones y contraindicaciones: Es muy difícil determinar las indicaciones generales de la electroterapia dado que existen multitud de aplicaciones diferentes: corrientes galvánicas, ininterrumpidas, cuadrangulares, ultrasonidos, infrarrojos, etc; cada una de estas técnicas tiene unas indicaciones y contraindicaciones específicas.

Como norma general encontraremos dos grandes tipos de efectos: el vasomotor y el efecto analgésico. El efecto vasomotor y trófico sirve para aumentar el riego sanguíneo y mejorar el retorno venoso; mientras que el el efecto analgésico puede evitar dolores de origen neurológico, muscular y/o articular.

Indicaciones específicas de cada tipo de electroterapia:

Corrientes diadinámicas: atrofias e hipotonías musculares; produce efecto analgésico en neuritis y neuralgias, mialgias, hematomas musculares y contusiones y traumatismos articulares.

– TENS: radiculopatías, polineuropatías sensitivas, neuritis, artrosis, artritis, síndrome miofascial, cirugía abdominal, torácica y ortopédica e incluso, dolor dentario o dolores del parto.

– Onda corta y Microonda: Procesos musculares y articulares, procesos respiratorios como la sinusitis.

– Ultrasonidos: lesiones traumáticas de partes blandas, hemartros, retracciones y fibrosis músculo-tendinosas, epicondilitis, bursitis, capsulitas de hombro, tendinitis, fibrositis y puntos gatillo.