El yoga es una práctica física y mental que integra el cuerpo, la mente y el espíritu.
La práctica del yoga, originaria en la India, está diseñada para aumentar la conexión con el yo interior, crear equilibrio mente-cuerpo-espíritu, limpiar, curar y fortalecer el cuerpo, y, tal y como se practica en Occidente, mejorar la forma física. La forma más común practicada en nuestro territorio es el hatha yoga, que incluye movimientos o posturas específicas (asanas) y diversas técnicas de respiración (pranayama) ya menudo se complementa con la meditación (dhyana).
Una práctica regular de yoga ofrece una mayor flexibilidad, tono muscular, claridad mental, salud del sistema inmunitario y una mayor circulación.
Los movimientos suaves, conscientes y controlados del yoga pueden proporcionar un
entrenamiento adecuado para personas con casi cualquier condición física. Las asanas –hay muchas– pueden aliviar los músculos tensos, mejorar la flexibilidad y mejorar la fuerza, el equilibrio y la resistencia. Las posturas, las prácticas de respiración y la meditación también pueden aumentar la concentración, reducir el estrés y, entre otros beneficios terapéuticos, aliviar el dolor de espalda.
En la práctica de yoga uno de los ejes fundamentales es la respiración. Los ejercicios corporales que se practican abren las estructuras que participan en la respiración a la vez que tonifican y flexibilizan la musculatura involucrada en el proceso.
Además, se practican también una serie de ejercicios de control respiratorio que pretenden estimular y acumular energía vital así como alcanzar estados de calma mental, gracias a la relación tan directa que existe entre respiración y mente.
Una respiración amplia y bien regulada es la base de buena salud física, emocional y mental. Practica yoga y disfruta de los beneficios que aporta una respiración de calidad.
No debe olvidarse que para obtener beneficios reales debe haber una dedicación diaria y que la práctica siempre debe ir acompañada de unos hábitos saludables y estilo de vida sano.