Suelo pélvico y salud

Centre Casals en Molins de Rei, fisioterapia del suelo pélvico

¿Qué es la fisioterapia del suelo pélvico?

La fisioterapia de suelo pélvico es aquella especialidad que tiene como objetivo la prevención, el mantenimiento y el tratamiento de las disfunciones de la zona abdomino-pélvica.

El suelo pélvico está formado por un conjunto de músculos, ligamentos y fascias que cierran la cavidad pélvica dando soporte a los órganos pélvicos y manteniendo los esfínteres cerrados. El suelo pélvico no actúa de forma aislada sino junto a la faja abdominal y la columna lumbar logrando un correcto equilibrio de la pelvis y el periné.

¿En qué puede ayudarnos la fisioterapia del suelo pélvico?

La fisioterapia del suelo pélvico puede ayudar a la mujer en distintos momentos de la vida.

El embarazo supone un momento de cambios físicos en el que la fisioterapia puede prevenir la aparición de dolor lumbo-pélvico, controlar la diastasis abdominal y mejorar el tono de la musculatura perineal. Además, nos preparará para el parto con ejercicio terapéutico, movilidad de la pelvis y maniobras para facilitar el pujo.

El postparto supone la vuelta al estado físico anterior al embarazo. Deben tratarse las cicatrices en caso de que existan, trabajar el tono muscular del suelo pélvico y restablecer la musculatura abdominal. En el caso de la existencia de diástasis recti la fisioterapia ayudará a cerrar la diástasis y obtener un abdomen funcional.

Durante el ejercicio físico puede producirse un exceso de presión abdominal lo que acabe desencadenando patologías como la incontinencia urinaria (IU), por lo que es necesario potenciar la musculatura perineal y reequilibrar las presiones abdominales. Existen diversos tipos de incontinencia urinaria:

La IU de esfuerzo se caracteriza por la pérdida de orina durante un esfuerzo como toser, estornudar, saltar, correr, etc.

La IU de urgencia se caracteriza por el deseo inmediato de orinar acompañado de escape de orina. Se relaciona con la vejiga hiperactiva que consiste en la alteración del músculo detrusor provocando la necesidad de orinar frecuentemente.

La IU mixta es la combinación de la IU de esfuerzo y de urgencia.

Una debilidad de la musculatura, en concreto del elevador del ano también podría producir la aparición de IU y de incontinencia rectal que consiste en el escape de gases o heces, también relacionado con una frecuencia muy elevada de deposiciones durante el día.

Una musculatura débil y un sistema fascial deficiente pueden producir la aparición de prolapsos, es decir, el descenso de un órgano pélvico debido a un fallo en el sistema de sujeción.

Por otro lado, un exceso de tono muscular puede producir alteraciones, provocando la aparición de contracturas, puntos gatillo miofasciales y provocar o perpetuar disfunciones sexuales.

Finalmente, una de las patologías más incapacitantes a mencionar es el dolor pélvico crónico, consiste en dolor en la zona pélvica mantenido en el tiempo, su origen tiene múltiples causas como la endometriosis, la inflamación pélvica, la presencia de tejidos fibrosados, etc.

 

 

 

 

¿En qué consiste el tratamiento?

Existe un gran abanico de técnicas personalizadas para cada paciente, las más habituales son las siguientes:

  • Terapia manual: técnicas que ayudan a restablecer los tejidos. Pueden realizarse estiramientos, masaje, movilizaciones, técnicas miofasciales, etc.
  • Ejercicio terapéutico: los ejercicios musculares del suelo pélvico conocidos como “kegels” aumentan la fuerza y la resistencia de la musculatura.
  • Electroestimulación: favorece el tono muscular y la conciencia corporal.
  • Neuromodulación: técnica utilizada para la disminución del dolor y relajar el músculo detrusor de la vejiga.
  • Biofeedback: permite el control voluntario de los músculos perineales. El paciente es consciente visualmente del nivel de contracción y relajación de la musculatura.
  • Radiofrecuencia (método Indiba): aumenta la circulación sanguínea, oxigena y nutre los tejidos, favorece la síntesis de colágeno y combate la fibrosis.
  • Hipopresivos: mejoran la postura y activan la faja abdominal. Muy útiles para evitar y tratar prolapsos.
  • Ejercicios posturales y propioceptivos: ayudan a equilibrar adecuadamente las cargas de nuestro cuerpo y activan la musculatura profunda abdomino-pélvica.
  • Terapia conductual y hábitos de vida: se proporciona una serie de pautas de ingesta de líquidos, alimentación, actividad física y descanso.